sábado, 7 de noviembre de 2009

El ferrocarril en España

La historia del ferrocarril en España comienza a finales del año 1829, cuando comienzan a sucederse un conjunto de peticiones por las que se pide al gobierno y concretamente a su ministro de Fomento Francisco de Luxán el inicio de la construcción de líneas ferroviarias. El primer ferrocarril español no se construirá en España sino en la isla de Cuba y tendrá por objeto transportar la caña de azúcar al puerto de La Habana.

La primera de las líneas férreas proyectada para España la presenta la empresa llamada de la Reina María Cristina de Borbón pero ni siquiera comienza su construcción. El proyecto debía de haber unido Jerez y El Puerto de Santa María. Posteriormente el proyecto se había ampliado desde esta localidad hasta Rota para terminar finalmente en Sanlúcar de Barrameda.
El primero de todos los proyectos ferroviarios españoles es el que une La Habana y Güines, siendo inaugurado el primer tramo hasta Bejucal el 19 de noviembre de 1837. El proyecto había sido financiado con dinero público pero su explotación se reservaba a las grandes empresas azucareras del occidente de la isla, propiedad de ricos e influyentes terratenientes y financieros españoles.

La primera línea ferroviaria proyectada y construida en España, une el 28 de octubre de 1848 Barcelona y Mataró. Tiene 28 kilómetros de largo y se abre al público el 1 de noviembre de 1848. Al año siguiente se pide la concesión de la línea de Madrid a Aranjuez que tendrá 49 kilómetros. A partir de entonces el número de solicitudes comienza a crecer lo que obliga al gobierno a crear una ley específica para este nuevo medio de transporte. El 18 de agosto de 1854 se decreta la formación de un comité que evalúe y estudie la creación de una Ley de Ferrocarriles. El 3 de junio de 1855, se aprueba una primera ley llamada Ley General de Caminos de Hierro.

Estas primeras líneas significaron el inicio de la construcción a gran escala de líneas ferroviarias que unieran las diferentes regiones de España. Desde entonces, las líneas ferroviarias no han dejado de extenderse, crecer y evolucionar por toda la geografía nacional hasta nuestros días, en que los proyectos de alta velocidad están sustituyendo poco a poco a las tradicionales líneas férreas.
En 1863, los reyes de España inauguran el tramo de larga distancia que une las localidades de Madrid y Zaragoza. Ese mismo año el ferrocarril español llega a Portugal y al año siguiente un nuevo tramo largo une Madrid e Irún. El primer tren cremallera del mundo echa a andar en 1869 mientras en España se inaugura el ferrocarril minero que va de Tharsis al puerto de Huelva.
El primero de los ferrocarriles urbanos, que serviría para transportar vino, se concluye en 1872 en Jerez de la Frontera. Siete años después Werner von Siemens construye la primera locomotora eléctrica coincidiendo el hecho con la inauguración en España de la línea Madrid-Ciudad Real.

En relación al ancho de vía español, diferente al europeo de 1.435 metros, la Gaceta de Madrid del 19 de enero de 1845 en que aparece publicada dicha Real Orden en su artículo 6º especifica simple y lacónicamente: "Anchura de la vía ó sea distancia entre los bordes interiores de las barras, 6 pies". Por tanto se elige como ancho el de 1.668 metros. Esta orden se apoya en el Informe Subercase emitido por la Dirección General de Caminos que no menciona en ningún momento la cuestión militar. Parece que lo que prima en el informe es el factor determinante del relieve de nuestro país ante el cual se necesitan locomotoras de mayor potencia.

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