El 2 de febrero de 1971 se firma en la ciudad iraní de Ramsar la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, conocida como Convenio de Ramsar. Su entrada en vigor se produce en 1975 y su objetivo fundamental es “la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”.
La Convención de Ramsar entiende como humedales los pantanos, marismas, lagos, ríos, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas, bajos de marea, zonas marinas próximas a las costas, manglares, arrecifes de coral y sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales, embalses y salinas.
La Convención de Ramsar entiende como humedales los pantanos, marismas, lagos, ríos, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas, bajos de marea, zonas marinas próximas a las costas, manglares, arrecifes de coral y sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales, embalses y salinas.
España cuenta con 63 zonas Ramsar que ocupan 281.768 hectáreas. Entre ellas algunas tan importantes como la Albufera de Valencia, la Bahía de Cádiz, el Delta del Ebro, el Parque Nacional de Doñana, la Laguna de Fuente de Piedra, las Tablas de Daimiel o las salinas del Cabo de Gata. En ellas viven multitud de especies vegetales y animales. Además, en muchos de estos humedales viven especies en peligro de extinción.
Trebujena se enclava precisamente en uno de estos lugares privilegiados. Cuidarlo y preservarlo es tarea de todos.
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