Haití

Haití es un país de Centroamérica que comparte la isla de La Española con su vecina República Dominicana. Comprende también la isla de la Gonâve, la isla de la Tortuga, el archipiélago de las islas Cayemites y la isla de Vaches así como otros diversos islotes.

Ocupa una extensión de 27.750 km2 y su población es de 10.033.000 habitantes. Su capital es Puerto Príncipe, que es además la ciudad más importante del país.

Su forma de gobierno es una república semipresidencialista según la Constitución aprobada en 1987, pero cuya vigencia quedó suspendida desde entonces en varias ocasiones por la violencia política, particularmente tras el golpe de estado militar de 1991 y la crisis de 2004 que forzó la intervención de Naciones Unidas mediante el destacamento de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). Tras un proceso electoral tutelado por la comunidad internacional en 2006, el Jefe del Estado, elegido por sufragio universal, es René Préval mientras que la Asamblea Nacional de Haití designó en 2009 a Jean-Max Bellerive como primer ministro.

Sus datos del P.I.B. sitúan a Haití como el país más pobre de América, viviendo el 80% de su población bajo el umbral de la pobreza. Sus infraestructuras y comunicaciones son muy deficientes, tal y como ha quedado demostrado tras el demoledor terremoto sufrido el 12 de enero de 2010.

Esta durísima realidad es conocida desde hace años por la comunidad internacional pero desgraciadamente ha tenido que producirse el devastador terremoto de 7.3 grados de magnitud para que Haití haya ocupado las portadas de todos los periódicos y los principales espacios de las radios y televisiones de todo el mundo.

Sin embargo, en este momento lo más importante es la atención a los miles de personas que viven sin alimento, sin ropa, sin hogar, sin las mínimas condiciones de vida y trabajo. Lo más importante es la colaboración de todos los ciudadanos y gobiernos del mundo.

Y de paso no vendría mal reflexionar sobre nuestras vidas y sobre el mundo que queremos legar a las generaciones futuras. Ojalá que no hiciera falta una nueva tragedia como la presente para ponernos en marcha. Pero lamentablemente dentro de unas semanas el drama de Haití probablemente no será más que una noticia más…