Probablemente a todos nos suena el iPad. Y casi seguramente a casi nadie nos suena Shenzhen. Sin embargo, ambos nombres están íntimamente unidos. Porque Shenzhen es la ciudad china próxima a Hong Kong donde se fabrica el iPad que estos días inunda medio mundo. Y no sería nada extraño si no fuera porque para los trabajadores de Shenzhen el iPad no es tan maravilloso como se nos vende.En Shenzen trabajan más de 400.000 trabajadores de la empresa Foxconn que fabrican todo tipo de productos electrónicos de marcas tan famosas como Nokia, Apple o Dell.
Pues bien, durante 2010 ya han sido diez los trabajadores de esta empresa que se han suicidado por no poder soportar sus duras condiciones de vida y trabajo. Las exigencias de productividad son enormes y casi militares, el salario base es de unos 100€ mensuales, las jornadas de trabajo llegan a las 16 horas diarias. La situación es tan grave que las autoridades locales se han visto obligadas a abrir una investigación.
Pero por desgracia, Shenzhen no es un caso excepcional. Detrás de gran parte del consumo de los países occidentales, de nuestro consumo diario, están condiciones de vida y trabajo infrahumanas. Probablemente cuando disfrutamos de nuestro nivel de vida no nos paramos a pensarlo. Pero la verdad es que como consumidores podemos hacer mucho más de lo que hacemos. Por eso, tal vez ya vaya siendo hora de reducir nuestro consumismo, de ser más respetuosos, solidarios y ecológicos, de ayudar al comercio justo.
De acordarnos de que, a miles de kilómetros de nosotros, en la ciudad de Shenzhen, no pueden disfrutar del iPad que ya mismo veremos multiplicarse a nuestro alrededor. De que para los que lo fabrican para nosotros no es tan maravilloso como nos venden estos días.
