El movimiento obrero español

La industrialización de España durante el siglo XIX es tardía, incompleta y muy desequilibrada territorialmente. A ello contribuyen varios factores como la posición periférica de España en el continente europeo, la escasa capacidad de compra dado el reducido mercado interior, la crisis de la Hacienda pública –incapaz de llevar a cabo las inversiones que hubieran sido necesarias-, la escasez de energía y materias primas, la escasa y poco emprendedora burguesía y la inestabilidad política.

Ello explica que el movimiento obrero español también se organice tardíamente. Además el número de campesinos sin tierra alcanza proporciones dramáticas. Ya a partir de 1820 se producen algunos episodios luditas y se empieza a organizar cierto asociacionismo. Pero no es hasta 1868 cuando llega Giuseppe Fanelli a España enviado por la Asociación Internacional de Trabajadores. Su pertenencia al anarquismo explica que sean estas las primeras ideas que se extenderán entre el incipiente movimiento obrero español. Posteriormente, en 1871, llega a Madrid Paul Lafargue, que será el que comenzará la expansión del socialismo marxista.

Hitos fundamentales de estos años son la creación del Partido Socialista Obrero Español -1879-, la Unión General de Trabajadores -1888- y la Confederación Nacional del Trabajo -1910-. A partir de 1890 se instituye la celebración del 1º de Mayo.

A partir de este momento y durante el siglo XX el movimiento obrero irá extendiéndose cada vez más con el aumento de la industrialización y la urbanización.